martes, 23 de septiembre de 2008

Los Bancos y sus nuevas malas ideas de siempre


Por Gustavo Lerner

Durante la última semana vienen trastabillando, nuevamente, las economías y bolsas de comercio mundiales dejando al descubierto los bluffs sobre los cuales estaban fundamentadas. A quienes venimos pregonando por economías reales que incorporen los recursos naturales como parte de la ecuación, no nos sorprende en lo más mínimo y no necesitamos ahondar demasiado en el tema para saber que se trata de más de lo mismo: inmensos globos inflados virtualmente por bancos y multinacionales, que revientan cuando a algunos les conviene o cuando perdieron totalmente el control. Incidiendo así en la suerte de países, empresas y millones de personas que continúan atadas y dependientes de un modelo económico que destruye sistemáticamente el planeta. Tampoco me sorprenderá demasiado que para salir de este embrollo se re-inventen nuevos bonos virtuales, se re-inflen nuevos globos de mentiras e ilusiones y que los países y empresas los acepten mansamente. Después de todo, es realmente difícil idear un modelo diferente y la sociedad humana masificada no se caracteriza por su capacidad de rebeldía. Las tareas de idear y generar nuevas propuestas, quedan así en manos de pequeños grupos e individuos con inquietudes y poco dispuestos a aceptar fácilmente lo impuesto. Como dije antes nada de esto me sorprende ya, por reiterativo. Sin embargo durante el mes último si me sorprendió el enterarme de una nueva iniciativa en Santiago de Chile llamada: Banco Ambiental (www.bancoambiental.cl). La propuesta básicamente consta de recolectar a domicilio los desechos, debidamente separados, y bonificar a las personas por el peso de desechos que entregan con premios y descuentos que aportan empresas que apoyan la iniciativa. Recibí la información a través de una cantidad de correos electrónicos, de parte de amigos con intereses ecologistas, titulando: “Por fin…Aleluya!” , “Reciclaje a domicilio”, o “Ahora no hay excusas para no reciclar”. Y en la alegría de imaginar bancos que se encarguen de limpiar el planeta en lugar de contaminarlo, se olvidaron de pensar y cuestionar las ideas que conllevan esta propuesta. Una propuesta que te “paga” por comprar tus desperdicios es, básicamente, otra propuesta que alienta al consumo y que se enrola en el marco de la máxima “mas es mejor”. Si ahondamos en el asunto, veremos que resulta ciertamente poco “Ambiental” el hecho de pasar a recolectar por cualquier parte de la ciudad los residuos, con un gasto energético y una contaminación que, en el mejor de los casos, equipara lo recolectado. El agravante final lo constituye la empresa “patrocinadora” del mes: Burger King. Cartón lleno. Ahora resulta ecológico y ambiental comer hamburguesas, papas fritas y tomar Coca-Cola. Incentivados por figurar y posicionarse como empresas "Socialmente Responsables", con el fin de vender más y más, algunos de los grandes contaminadores del planeta se ven tentados a acomodar a su antojo los mensajes y las propuestas que durante décadas vienen desarrollando los grupos y personas que sí tienen un verdadero interés en cuidarlo, en respetarlo. Por supuesto que lo hacen mal, ya que su verdadera intención no es ni ser socialmente responsables, ni cuidar el planeta.
Es cierto que esta iniciativa quizás sirva para que personas que hoy no tienen la idea ni la intención de separar sus desechos y reciclarlos, aprendan a hacerlo. Sin embargo no es menos cierto que esta es, también, una manera de crear dependencia, ya que el “Banco” es el encargado de llevarse los “problemas” distribuyendo los materiales a reciclar y ni la gente ni el Estado se involucran en el proceso de responsabilizarse por sus desperdicios. Este tipo de nuevas malas ideas, que repiten el patrón y alientan al consumo, no tienen al fin nada de novedosas y constituyen un peligro si perdemos la capacidad de cuestionarlas. Si este banco se llama “Ambiental”, esa palabra pierde su valor porque el concepto se diluye. Hoy podemos escoger entre las seductoras y mágicas propuestas que nos solucionan los problemas a domicilio y sin ensuciarnos, o en educarnos y hacernos cargo de nuestro crecimiento comenzando por reducir el consumo; podemos escoger entre comprar bluffs multimedia que nos prometen reforestar un metro cuadrado cuando enviamos una figurita virtual a 20 de nuestros amigos en Facebook, o bien en arremangarnos y salir a plantar árboles tomando cartas en el cuidado del planeta, comenzando por nuestro entorno. Imaginar un planeta distinto y construir una sociedad humana diferente no son tareas simples y requieren de todas nuestras facultades y capacidades. Y si los activistas interesados en Ecología y Ambientalismo perdemos la rebeldía y la capacidad de pensar, nuestros sueños y proyectos de un mundo mejor quedarán sólo en eso, sueños y utopías lejanos. Pongamos entonces nuestras neuronas en funcionamiento e imaginemos alternativas más lógicas y viables que premiar a los vendedores de hamburguesas como los verdaderos cuidadores del planeta!

miércoles, 13 de agosto de 2008

Vida en Ecoaldeas y El llamado del Espino



En estos tiempos que corren, con una humanidad enferma, en la que priman la locura y la insensatez; donde el hambre, las guerras, los miedos, las penas y las angustias, son la moneda corriente con que funcionan las economías y las estructuras políticas y sociales, donde las diversas formas de vida y los ecosistemas son atropellados sin ningún tipo de reparo: la vida en Ecoaldeas se convierte no sólo en un sueño o anhelo utópico, sino que, además éstas, se transforman en los laboratorios experimentales donde se gestan y se llevan a la práctica los nuevos ideales que tienen como fin la creación de un nuevo tipo de sociedad. Una humanidad saludable, en armonía con el Todo.

Efectivamente vivir en Ecoaldeas no implica únicamente simplificar nuestras vidas para causar el menor impacto posible, sino el saberse parte de un tejido vivo e intentar servir a un cambio holístico positivo asumiendo el desafío de comenzar por uno mismo.

La aventura de aceptar el desafío de ir de la protesta hacia la propuesta:

Resulta relativamente sencillo identificar y, luego, protestar por aquello que no nos gusta, por lo que ya no funciona o por eso que no nos parece justo o apropiado. Sobre todo cuando esto se manifiesta en tantos aspectos, en semejante magnitud y en tal cantidad como en la actualidad.

Sin embargo, para la gestación de un cambio esto resulta insuficiente. A esta altura ya no alcanza con ver los problemas, lamentarse y/o esperar que alguien o algún agente externo los resuelva.

Las Ecoaldeas, tienen como objetivo común, el elegir ser parte de las soluciones y no de los problemas.

Y es así que, las personas que se deciden a vivir en Ecoaldeas, deben estar dispuestas a ir un paso más allá de sus propias limitaciones, experimentando y viviendo en carne propia los cambios necesarios para realizar los ideales imaginados. Para poder servir como ejemplos, o bien como inspiradores a otras tantas personas que comparten las inquietudes, los descontentos y los sueños, o a las generaciones futuras.

Por supuesto que esto no tiene nada de sencillo. Pero, ¡¿Quién dijo que habría de serlo?!

La visión sistémica del mundo, donde todo está conectado y todo es parte de un Todo, implica el asumir que todo lo que sucede nos afecta en alguna medida y que, a un mismo tiempo, constantemente podemos influir para transformar la realidad.

La vida en comunidad trae aparejadas múltiples aventuras y situaciones que continuamente requieren diversos aprendizajes, flexibilidad y, por sobre todo, ganas de mejorar y perfeccionarse.

Por esto es que desde Eluwn participamos todos en la organización de "El Llamado del Espino - Consejo de Visiones para la Acción Bioregional", una oportunidad única de conocernos y transformarnos todos en los pioneros y aventureros gestores de una nueva humanidad.

Una sociedad humana cuerda y de corazón sano, para un planeta que nos necesita así.